Convierte tus tablas de queso en una obra de arte

No es preciso recordar la importancia de una presentación seductora en nuestros platos, más aún en las mesas navideñas, cuando tenemos invitados a los que queremos agradar.

Como buenos turófilos, seguro que en vuestros menús festivos no falta una buena tabla de quesos. Habéis ido a vuestra tienda de confianza, seleccionado unas cuantas variedades de calidad −¡no puede faltar uno de Los Cameros!− y llega el momento de preparar la tabla. Más allá de la composición, del corte ideal y de la forma de disponerlos, de lo que os hablamos en este blog hace un tiempo, podemos dejar volar nuestra imaginación y crear una pequeña obra de arte gastronómica.

Lo primero, una buena base: una tabla bonita de madera o de bambú, una fuente de cristal o de cerámica, o un plato de pizarra. Podéis innovar con este divertido papel de horno que simula ser una página de periódico:

Fuente: El Atelier de Mery

Elegid el tamaño en función de la cantidad. Ya sabéis que es importante que las distintas variedades no estén apelotonadas. Aunque a veces veréis presentaciones de lo más abigarradas, la máxima menos es más hay que tenerla en cuenta: resultan más estéticas las minimalistas, como esta que sirven en el restaurante  El 38 de Larumbe:

Fuente: Fuera de serie – Expansión

Si queréis darle un aspecto navideño, lo suyo es disponerla en forma de árbol. Para ello, hay que cortar los quesos en dados y combinarlos con uvas blancas y algunas ramitas de perejil, tomillo u hojas de laurel. ¡Los comensales infantiles estarán encantados!

Fuente: Navidad.es

Podéis optar por un orden simétrico o circular, aunque las nuevas tendencias en presentaciones son más desenfadadas y artísticas. Esta de El Comidista nos ha encantado.

Fuente: El Comidista

También es posible presentar el queso sin cortar, para que cada comensal se sirva al gusto. Con esta idea de la revista ELLE seguro que dejaréis impactados a vuestros comensales:

Fuente: Elle.com

¿Os habéis fijado en ese queso-corazón de una de las fotografías de arriba? Se trata del Coeur de Neufchâtel y esa es exactamente su forma original. Y es que los propios quesos que seleccionemos contribuyen a una presentación vistosa, sea por su forma, por su combinación de colores, por su corteza, por su textura o por su corte. ¿Por qué no añadir a nuestra tabla unas flores de queso cortadas con el Girolle?  

Fuente: Gastronomiaycia.republica.com

Además de ofrecer excelentes combinaciones organolépticas, los alimentos complementarios aportarán un poco de color. Las mencionadas uvas, tanto frescas como pasas; frutos rojos como fresas, grosellas o frambuesas; higos (mejor si son frescos, pero si no es temporada, también sirven los secos); frutos secos como nueces, almendras o piñones… Las posibilidades son tan amplias como vuestra imaginación.

Una selección de mermeladas variadas también nos ayudarán a crear una presentación colorista. ¡Hasta los panes sirven como elemento de decoración! La verdad es que no nos hemos podido resistir a esta idea de la Escuela de Cocina de TELVA.

Fuente: Escueladecocinatelva.com

Y si recurrimos a frutas, ¿por qué no a flores? Unas sencillas hojas de albahaca quedan muy bien, pero podemos ir más lejos y sorprender a nuestros invitados con flores comestibles distribuidas aquí y allá: violetas, pensamientos, caléndulas, flores de calabaza… Eso sí, conviene que sean de cultivo propio o ecológico para evitar peligros varios.

Fuente: Kamran Aydinov (Freepik)

Y llegados a este punto, desde Queso Los Cameros solo nos queda desearos una Feliz Navidad y un Próspero 2020. ¡Seguro que con estas ideas, un poco de queso y buena compañía, pasaréis unos días inolvidables!

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