La identidad en los quesos
Como consumidor, me gusta saber lo que compro. Si echamos la vista 30 años atrás, no podríamos hacer esta afirmación.
Gracias a la evolución que hemos sufrido en los últimos tiempos, tanto las empresas como los clientes estamos obligados a identificar perfectamente el tipo de producto que vendemos y compramos respectivamente.
Esto está muy bien, sobre todo, porque no es muy difícil encontrar productos que puedan resultar engañosos a simple vista, ya que ponen en grande lo que quieren vender, y en pequeño y casi ilegible, lo que en realidad es. En el mundo del queso, como en la mayoría de los alimentos, también podemos encontrarnos con esta situación.
La etiqueta de un queso es lo que lo define, es su identidad. En ella es obligatorio, por normativa, que aparezca toda la información relacionada con el queso a la que va adherida.
Pero…¿Sabías que con sólo mirar la etiqueta puedes obtener además de información, cultura sobre el queso que estás comprando? Como, por ejemplo:
- Si se ha elaborado con leche cruda o leche pasteurizada.
- El tipo de queso que es: Si es de vaca, de cabra, de oveja, de la mezcla de las tres leches, de la mezcla sólo de dos leches….
- La maduración que tiene: Si es un queso tierno, semicurado, curado, viejo o añejo
- Los ingredientes con los que está elaborado ese queso y si posee o no alérgenos.
- Los valores nutricionales de ese tipo de queso: Kilocalorías, azúcares, hidratos de carbono…
- De dónde procede el queso: Mirando el óvalo sanitario obtendremos una numeración, que determina la empresa que lo ha elaborado; seguido de unas letras, que nos indicará la provincia en la que está situada.
- La empresa que lo elabora, su razón social.
Es muy importante prestar atención a lo que comemos, y por eso os aconsejo a que siempre que tengáis oportunidad dediquéis dos minutos a leer lo que contiene ese queso tan ansiado que quieres comprar.
La identidad en los quesos,