Con oro, con carbón o madurados sobre un nido… ¡Quesos raros y sabrosos!

¿Eres un “quesoadicto” siempre en busca de novedades para alimentar tu pasión? ¿Se te quedan cortas las variedades disponibles en tu quesería de cabecera? ¿Quieres impresionar a tus invitados con una experiencia realmente singular? Pues sigue leyendo, porque hoy vamos a hablar de quesos “raros”, con alguna peculiaridad que los hace especiales.

Empecemos por una joya, en sentido literal: el Clawson Stilton Gold, elaborado por la quesería Long Clawson Dairy en la Navidad de 2011. Estos productores de Leicestershire decidieron tirar la casa por la ventana y añadir al stilton copos de oro comestible y licor dorado de canela. El resultado: una áurea variedad a 60 libras esterlinas los 100 gramos.

Clawson Stilton Gold. Fuente de la imagen: BBC.

Los británicos son dados a experimentar con sus quesos más emblemáticos. La Cheshire Cheese Company comercializa un cheddar con carbón activado que es, lógicamente, de color negro. Según su nota de cata, redactada con el clásico sentido del humor inglés: “¡Suena muy mal pero sabe muy bien!”. Y es que, según aseguran, no solo es sabroso, sino que ayuda a eliminar toxinas.

Si hablamos de presentaciones curiosas, tenemos que referirnos a quesos en forma de hilos o tiras, como el Oaxaca, también denominado quesillo. Producido a partir de leche de vaca, se estira en tiras largas que luego se enrollan para formar una especie de pelota. Es muy utilizado en quesadillas y otros platos típicos mexicanos con queso fundido.

Queso mexicano Oaxaca. Fuente: Saludableymas.

Un proceso similar da lugar al tenili, elaborado artesanalmente en ciertas regiones de Georgia con leche de vaca u oveja. Tras un laborioso tratamiento en el que las tiras de queso se escurren y estiran repetidas veces, obtienen la apariencia de finos hilos. Eso sí: tal es la complejidad de su elaboración que solo se consume en celebraciones y ocasiones muy especiales,.

Queso tenili, elaborado en Georgia. Fuente: Mundoquesos.

Hay variedades a las que su exotismo les viene dado por el recipiente en el que maduran, como el tulum, creado de forma tradicional por los pastores turcos con leche cruda de oveja. El queso madura en bolsas de piel de cabra, denominadas precisamente “tulum”, donde permanecen entre tres meses y dos años. Existen más de diez variedades de este queso granuloso, de intenso sabor y aroma.

Queso tulum. Fuente: Quequesos.

No menos peculiar es el procedimiento de maduración de El Llanut, fabricado en la granja ampurdanesa Mas Marcè a partir de la leche ecológica de su propio rebaño de ovejas de raza ripollesa. Este queso madura en cámara sobre un nido de lana, lo que le otorga un sabor especial y, además, mantiene su grado de humedad en su punto óptimo. También se presenta al consumidor con este cálido envoltorio.

El Llanut. Fuente: Mundoquesos.

Terminamos con una referencia extravagante por su olor, tan fuerte y picante que se dice que llegó a prohibirse su consumo en transportes públicos para no espantar a los viajeros. Hablamos del Époisses de Bourgogne, queso artesanal de leche cruda de vaca con fama de ser el más apestoso del mundo, pero de extraordinario sabor. Cuenta la leyenda que fue ideado por los monjes del monasterio de Époisses, en el siglo XVI, para sustituir la carne en sus periodos de abstinencia.

¿Conoces algún queso raro que quieras compartir con nosotros?

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