Ensaladas: variaciones infinitas que mejoran con queso
Refrescantes, saludables, infinitas en sus combinaciones… Las ensaladas son un delicioso plato, perfecto para todas las épocas, incluida la estival, que se disfruta desde tiempos inmemoriales, en todos los rincones del mundo. Sabemos que persas y egipcios ya consumían ensaladas elaboradas con vegetales y frutas que ellos mismos cultivaban, pero fueron los romanos, cómo no, los que acuñaron el término “herba salata” para denominar al plato de vegetales crudos, aliñados con agua y sal. Pronto sumarían a la mezcla el aceite de oliva y, algo más tarde, el vinagre o limón que, además de hacerlo más sabroso, alargaba su duración. Puede que para llevar el nombre de “ensalada” basten una mezcla de vegetales y aliño, pero para deleitar a los comensales necesitamos algo más y, como no podía ser de otra manera, nosotros apostamos por el queso.
Lechuga, queso parmesano y picatostes son los ingredientes principales de la ensalada César que, pese a su nombre de reminiscencias italianas, nació en Tijuana allá por 1924. Al igual que muchas genialidades culinarias, fue fruto de la necesidad y la casualidad: el chef César Cardini, al recibir a un numeroso grupo de clientes americanos, improvisó un menú rápido con lo que tenía en la despensa. El éxito fue tal que, años más tarde, patentó y comenzó a comercializar su salsa en Estados Unidos. Hoy en día es una de las ensaladas más habituales en los restaurantes norteamericanos, junto a la imprescindible coleslaw o ensalada de col.
Italiana por derecho propio es la Caprese, con tres ingredientes: tomate, mozzarella fresca y hojas de albahaca. Ya habrán intuido ustedes, avezados lectores, que además de estar deliciosa, aúna en un plato los colores de la bandera nacional (verde, blanco y rojo), que la han convertido en todo un símbolo gastronómico de nuestros vecinos mediterráneos. Aliñada con aceite de oliva virgen extra (AOVE), su sencillez es irresistible. Otro símbolo patrio, en este caso para los vecinos helenos, es la ensalada griega que lleva los ingredientes característicos del país: una mezcla de tomate, pepino, pimiento, cebolla, queso feta, alcaparras y aceitunas kalamata. ¡No nos puede gustar más!
Fuente de la imagen: Directo al Paladar.
Pocas ensaladas pueden presumir de ser tan musicales. Es el caso de la ensalada Waldorf que se menciona en un clásico de Cole Porter, “You’re the top”. Creada a finales del siglo XIX en el neoyorquino Hotel Waldorf (más tarde sería el mítico Waldorf Astoria), la receta original solo constaba de manzanas verdes, apio y nueces pero, con el tiempo, se introdujo otro ingrediente que la convirtió en un plato top: el queso azul. Y ya que mencionamos este queso potente y versátil, rescatamos una de esas recetas familiares que con tanto mimo preparaban nuestras madres y abuelas en los días de fiesta: las endivias con roquefort.
Algo más elaborada es la ensalada con queso Camembert rebozado y mermelada de tomate, sobre una cama de lechugas variadas y frutos secos. Degustar el queso templado y el contraste con los vegetales es, sin duda, un manjar. Terminamos este mini recetario con una apuesta caprina muy sencilla: espinacas frescas, manzana caramelizada y un buen medallón de queso de cabra.
Fuente de la imagen: Directo al Paladar.
Estamos firmemente convencidos de que una ensalada mejora sustancialmente con un poco de imaginación y queso. Así que les invitamos a que añadan a sus ensaladas diarias unas lascas de Queso de Oveja Añejo Señorío de Cameros o que se atrevan a cambiar el feta de su ensalada griega por el Queso de Cabra Semicurado Los Cameros… Prueben, prueben ¡y luego nos cuentan!