Queso con hormigas verdes: ¿manjar o ni probarlo?
Cuando hablamos de gastronomía, sucede que lo que es un manjar en una parte del mundo, resulta inconcebible en otra. Incluso en una misma cultura, como la nuestra, la casquería puede ser bocatto di cardinale o un plato al que ni te acercas. Todo depende de a quién le preguntemos. Sin ir más lejos, muchos visitantes extranjeros no entienden nuestras patas de jamón colgadas del techo de los bares, e incluso el marisco. A otros, sin embargo, logramos trasladarles nuestro apasionamiento. Y sí, estáis en lo cierto: hemos encontrado una rara, rarísima avis en el mundo del queso.
El queso es, en sí mismo, un mundo dispar. Hay quien no soporta el olor de los azules o los muy curados, o el aspecto de aquellos con moho natural en su corteza. Y a otros les encanta. Pero ¿qué diríais si os dieran a probar uno elaborado con hormigas?
A priori no suena muy atractivo, ¿verdad? Pues existe uno con estas características que se ha hecho de lo más popular. Os hablamos del Anthill, un queso de cabra cubierto con un tipo de hormigas verdes, elaborado por la firma australiana Woodside Cheese Wrights. Este curioso producto se llevó la Medalla Súper Oro en la edición 2016 de los World Cheese Awards, en la que también estuvo presente Lácteos Martínez – Queso Los Cameros, así que pudimos comprobar de primera mano que no dejó indiferente a ningún catador.
Queso Anthill. Fuente: Culturecheesemag.com
Como explica Kris Lloyd, maestra quesera de Woodside Cheese Wrights, estas hormigas verdes aportan un sabor cítrico y una textura crujiente que combinan bien con la cremosidad de un queso fresco de cabra de cinco días. El toque final lo aportan las hojas molidas de mirto de limón, planta originaria también del país de los canguros.
Esta quesera autodidacta experimenta en sus creaciones con materias primas cien por cien autóctonas. En este punto se encontró con el chef Jock Zonfrillo, un auténtico investigador y guardián de la cultura culinaria de los aborígenes australianos, quien utiliza estos ingredientes (hormigas verdes entre ellos) en sus platos de forma habitual. Así que Kris Lloyd empezó a experimentar con estos insectos y con el queso fresco de cabra… y el resultado fue Anthill.
La demanda de este producto ya no se limita a Australia, sino que también se exporta a Estados Unidos. Y eso que no es precisamente económico: un kilo cuesta más de 350 dólares australianos, casi 195 euros.
En cualquier caso, no se puede negar es que un producto singular, en sintonía con el autodeclarado compromiso de Lloyd con la innovación. Así lo destacó uno de los miembros del jurado de los World Cheese Awards, Adrian Boswell, jefe de compras de la sección delicatessen de los centros comerciales Selfridges: «No he probado nada igual. Es creativo e innovador».
Y después de saber estas curiosidades, ¿os atreveríais a probar este queso con hormigas verdes? Sea como sea, esta historia nos permite comprobar las múltiples posibilidades que alberga el universo turófilo. ¡Tenemos a nuestro alcance todo un abanico de sabores, aromas y texturas para disfrutar! Y lo mejor de todo: no es necesario irse a las antípodas para ello.
Queso con hormigas verdes: ¿manjar o ni probarlo?,