Los establos, limpios y acogedores, reciben el invierno

Diciembre huele a Navidad. A la humedad del musgo mullido entre los recovecos de las rocas y los troncos de los árboles. Al muérdago que coquetea con las ramas de pinos y manzanos. A lumbre y adornos. A cristales empañados y transeúntes que pierden su mirada en los escaparates, abrigados con gruesas bufandas de lana. A felicitaciones y buenos deseos en torno a una tabla de quesos. A Belenes que cobijan nacimientos llenos de arte, desde los napolitanos a las diminutas figuritas que realizan a mano en la bella Arequipa. Y a pesebres recogidos, calentados con la respiración tranquila de un buey y una mula.

Los establos, hogar habitual de vacas, cabras y ovejas, deben estar limpios y acogedores durante todo el año. Y, por supuesto, tienen que garantizar la salud y el bienestar de los animales en invierno, una estación que en muchas zonas de España es más que recio. La limpieza y la desinfección de los pesebres de los animales no son necesarias únicamente en términos de confort: ayudan a prevenir enfermedades.

Una buena planificación es siempre bienvenida. No solo porque se debe cumplir con la normativa vigente, sino porque el cuidado de los animales mejora su productividad, en este caso, la de la producción de leche óptima. Entre las labores de asear los corrales se encuentra la ventilación del recinto: una buena circulación del aire reduce el riesgo de olores, patógenos o acumulación de gases derivados del dióxido de carbono o el amoniaco. Puertas y ventanas abiertas que, en el caso de que los recintos fueran cerrados, deberán contar con sistemas de aire mecanizados y con sus respectivos conductos limpios.

Diariamente también se deben eliminar con una pala los residuos orgánicos y los excrementos (y depositarlos posteriormente en los contenedores destinados a tal fin), para evitar así que la suciedad y la acumulación de bacterias afecten al ganado. La limpieza del suelo con agua y detergente tampoco debe descuidarse, al igual que el de los bebederos: aunque en la época de verano, con el calor, es primordial la correcta hidratación de los animales, durante el invierno no hay que descuidar estos recipientes ni la alimentación que complemente los pastos naturales. En cualquier caso, los productos utilizados sobre las superficies previamente adecentadas seguirán las directrices de los fabricantes, tendrán como prioridad salvaguardar la salud de los animales y la eficacia de su cometido.

La paja de los animales debe evitar la humedad

La paja y las camas de los animales debe evitar la humedad. Imagen LOC

Un punto fundamental es la importancia de que la paja y la cama de los animales esté seca. En los establos hay que evitar la humedad, algo fundamental para frenar la proliferación de bacterias y hongos. Además de mastitis, podría provocar la llamada pododermatitis, una enfermedad que causa inflamación y lesiones en las pezuñas, e incluso cojera.

Solo de la mejor leche se obtiene el mejor queso, recordaba a menudo Jesús Martínez, el fundador de Lácteos Martínez Queso los Cameros. Una filosofía que empieza por el cuidado del ganado. Y por supuesto, de la bioseguridad en los establos, lo que incluye el protocolo de desinfección en la entrada de vehículos y personal propio para evitar la contaminación cruzada, así como las medidas de higiene del personal ajeno a las explotaciones. Así esa imagen idílica que tenemos de los animales descansando en los pesebres, ahora que la Navidad está tan cerca, será más real que nunca.

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