El Tirol austriaco, donde las vacas más hermosas tienen su fiesta
Si te relaja imaginar una sucesión de valles apacibles, donde la hierba jugosa y mullida te abraza mientras contemplas las formas caprichosas (e imponentes) de los Alpes. Si al cerrar los ojos te gusta que el canto de los pájaros se entremezcle con el mugido de las vacas y una orquesta sinfónica de cencerros. Si no te pierdes una fiesta local (gastronomía quesera incluida) y te seducen las tradiciones más pintorescas (como un desfile de vacas hermosas adornadas con flores y cintas de colores, que custodian sus respectivos pastores ataviados con el típico Lederhosen), ¡Austria es tu próximo destino!
Aunque esta curiosa trashumancia, llamada Almabtrieb, se celebra durante el mes de septiembre en diversas partes del país (e incluso cuenta con un calendario por localidades), todo comienza en primavera, la época en la que los partos de los animales son los protagonistas. En mayo la vida animal renace entre los valles verdes de este país centroeuropeo que valora, y mucho, el beneficio de los pastos naturales como fuente de alimentación para que vacas, cabras y ovejas produzcan una excelente materia prima. Entre sus prados esponjosos, una suerte de tapiz que recrea los verdes más apetecibles, miles de vacas lecheras y sus terneritos retozan en calma, junto a ovejas y cabras (y sus crías), ajenas a los esquiadores que, hasta principios de junio, se deslizan a través de las laderas nevadas. En breve partirán, de la mano de más de 3.000 pastores, hacia las cumbres majestuosas en busca de días más frescos y pastos sabrosos.
Derechos de autor: Primera región de vacaciones en el ZILLERTAL / Fotógrafo Bernd Ritschel.
Austria puede presumir de contar con, aproximadamente, 8.000 pastos alpinos. La mitad de ellos son un paraíso no solo para sus habitantes (muy acogedores y apasionados de las largas caminatas, por cierto), sino para más de 300.000 reses, 110.000 ovejas, 10.00 cabras y 9.000 caballos. A casi tres mil metros sobre el nivel del mar, el mundo animal y vegetal reparten sus cartas durante el 
estío: los primeros agradecen los beneficios de una alimentación de altura y, a su vez, desbrozan agradecidos los escarpados montes que les acogen.
Los días y las temperaturas se acortan, señal inequívoca de que el verano ha tocado a su fin. Con la llegada del otoño en el ambiente los pastores inician, junto a sus rebaños, un jocoso peregrinaje montaña abajo que se prolonga durante varios días. A lo largo de los siglos, este reencuentro con sus familias, con sus hogares, con sus valles, ese adiós a la soledad estival entre la quietud de las montañas y el borboteo de los ríos, se ha convertido en todo un espectáculo.
Derechos de autor: Primera región de vacaciones en el ZILLERTAL / Fotógrafo Bernd Ritschel
Elegantemente ataviados con el traje regional (si viajáis al Tirol en Austria, por ejemplo, comprobaréis que los típicos pantalones de cuero corto, tirantes y camisa se llevan con toda naturalidad, no solo en las fiestas populares), conducen a sus animales engalanados con todo lujo de detalles. Las vacas desfilan coquetas con vistosos tocados, que pueden llegar a pesar hasta 20 kilos, elaborados con flores naturales, hojas de pino, cardos ajonjeros, guirnaldas, espejos, cruces y campanas. Toda una explosión de alegría, que incluye la gratitud por la ausencia de bajas entre los rebaños. Lugareños y turistas esperan en los pueblos situados en los diferentes valles y participan, cada año, de esta celebración contagiosa que incluye música, artesanía, recreación de oficios tradicionales y, cómo no, deliciosos quesos. ¡Se os ocurre una manera mejor de tachar las últimas semanas de septiembre en el calendario!
Derechos de autor de la imagen Fuschlseeregion / Fotógrafo Lienbacher