No te cortes con el queso: los cuchillos más adecuados para cada variedad

Además de utensilios bélicos y de caza, los cuchillos han sido símbolo de poder, y también signo de sofisticación: el cuchillo empezó a usarse para pinchar los alimentos y no comerlos con las manos. Al Cardenal Richelieu se le atribuye la aparición del cuchillo redondo de mesa a mediados del siglo XVII. Al poderoso político francés, que dominó la corte de Luis XIII, le disgustaba que estos afilados utensilios se usaran tanto para pelear como para comer, e incluso ¡limpiarse la dentadura! Para evitar tan desagradable costumbre, ordenó que se redondearan las puntas, hábito que se extendió por toda la Corte.

Los cuchillos llegan a nuestros días como objetos muy especializados. Y el mundo del queso no podía ser menos. Cada pieza debe cortarse con un utensilio u otro, según su textura y su sabor, para no causar un destrozo y para que el queso se muestre de forma apetecible, con todos sus aromas. Recuerda que hay que presentarlo con su corteza, no solo como efecto visual, sino también para reconocer el tipo y la variedad que vamos a degustar.

¿Quieres saber qué modelo elegir para cada queso? Fíjate en la fotografía inferior, en los grandes agujeros redondos, como ojos, de este cuchillo de la marca Wüsthof. Desde 1814 esta empresa alemana fabrica estos utensilios en la ciudad de Solingen. Los agujeros no son un capricho de la estética, sino que tienen una función: crear bolsas de aire entre el queso y la cuchilla. Así se consiguen lonchas más finas, tacos igualados y que el queso no se pegue a la hoja.

Cuchillo para queso de la marca alemana Wüsthof 

 

También se pueden observar estos huecos, en diseño rectangular, en la marca española Arcos, una de las cuchillerías más antiguas del mundo y cuyo origen se remonta a 1734 nada menos. El fundador, Juan de Arcos, empezó el negocio fabricando tijeras y las más antiguas se exhiben en el Museo de la Cuchillería de Albacete. Modelos parecidos a estos son los más recomendables para cortar quesos tiernos, blandos o cremosos. Aquí te dejamos nuestro pequeño truco: unta ligeramente en aceite la hoja del cuchillo, ¡y verás qué fácil!

 

La lira no solo es un instrumento musical o la antigua moneda oficial de Italia. Para los quesos azules, que también son blandos, y algunos quesos tiernos, utiliza un cuchillo de alambre o lira. Este objeto con un hilo de acero los rebana en finísimas tajadas sin que se deshagan, debido a su frágil textura.

Fuente: web Hiperchef

La ‘guillotina’ no te servirá para los quesos duros o semiduros. Aquí hay que recurrir a algo más contundente, como los cuchillos de doble mango similares al que te mostramos. La fuerza que se ejerce se reparte y el corte es limpio. Truco de Queso Los Cameros: calienta un poco la hoja y se cortará casi solo.

 

Fuente: Wüsthof

Algunos quesos curados muy duros, como el parmigiano, necesitan un instrumento más contundente. Puedes emplear una puntilla, con una hoja estilo punzón, que concentra la presión en la punta y separa el queso en esos trozos irregulares que luego se presentan en suculentas tablas junto a uvas y frutos secos.

Puntilla para quesos curados de LifeSyle. Fuente: Web Los utensilios del chef

Más habituales en nuestras cocinas son los cuchillos pala o rebanadores, que permiten lonchear de forma fina y estética quesos que se presentan en bloque y que nos dejan apreciar todos los matices del sabor.

Cortaqueso de Wüsthof

En el mercado también encontrarás cuchillos acabados en doble punta, que facilitan el servicio, o algunos en forma de cincel, muy eficaces para dar un corte limpio. Ahora ya sabes qué cuchillo usar según el tipo de queso. Pero vamos a ir más allá. ¿Te lo imaginas presentado en forma de clavel? Si quieres conquistar a tus invitados, en el post de la próxima semana desvelaremos el secreto para que tus tablas de queso sean espectaculares…

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