El destete de la oveja
Es primavera. Despierta la naturaleza, las flores, la fuerza del deshielo y, en las ganaderías ovinas, comienza la época de partos. Es entrañable entrar en los establos y observar los corderitos recién nacidos, que se aferran a la vida y a las ubres de sus madres. Al igual que ocurre con los humanos, en el mundo animal también llega el momento en el que la fuente de alimentación deja de ser la leche materna. A este proceso se le llama el destete y su principal finalidad es garantizar la correcta nutrición y salud para madre y crías, y que éstas tengan una buena preparación para comenzar a ingerir sólidos.
Este momento de la separación hay que llevarlo a cabo cuidadosamente para evitar el estrés de ambos. Además, cómo se lleve a cabo el destete será crucial para el futuro de los animales. Hay diversos criterios generales para poder dar este paso. Salvo casos excepcionales, el destete se realiza entre las 8 y las 12 semanas. Por otro lado, el peso es también un factor determinante, por lo que se recomienda que, en el caso de las razas pequeñas, hayan alcanzado los 15 kg y 20 Kg si se trata de razas grandes. Previamente, durante las primeras semanas de vida es importante llevar a cabo los controles sanitarios y la vacunación reglamentaria. En el caso de la oveja madre, se reduce paulatinamente su producción de leche, para lo que se limita su agua y alimento.
Respecto a la temporalidad a la hora de llevar a cabo el destete, hay diferentes alternativas. Quizá habéis tenido la oportunidad de ir a un establo y ver un aparte donde están los corderitos. Ello facilita el manejo con los animales. Por otro lado, la separación se puede realizar de manera paulatina, con encuentros entre la madre y la cría, o bien de manera abrupta, lo que es más estresante para los dos, aunque se adaptan antes a la nueva realidad.
En todo este proceso es sumamente importante la desparasitación y comprobar que ésta se ha llevado a cabo de manera eficiente, ya que los pequeños son especialmente vulnerables en esta etapa. ¿Por qué? Entre la quinta y la octava semana, las ovejas reducen su resistencia a los parásitos gastrointestinales y se cargan de lombrices que, durante sus paseos a los prados, se traducen en depositar sus huevos, lo que acaba infectando a los corderitos. Más vale prevenir que curar que suele decirse. Por cierto, en estas semanas hay que recortar sus pezuñas.
En el destete hay que seguir cuidando de la madre, que poco a poco recuperará su “figura” y se preparará para el siguiente ciclo de reproducción, y a las crías, que deberán tener una dieta de calidad que permita su buen crecimiento. Al igual que en todas las épocas del año y en las diferentes etapas de vida de los animales, ganaderos y veterinarios deben garantizar todas las medidas sanitarias, controles, alimentación y bienestar en los establos que, por supuesto, deben estar limpios y ventilados. Cada explotación tiene sus características, sus animales únicos, y debe saber adaptarse a ese público tan entrañable. Os dejamos con un detalle curioso. Durante el aprendizaje en cuanto a la ingesta, se recomienda que los pequeños corderos pastoreen en compañía de algunas ovejas que no hayan criado anteriormente. Así irán por buen camino cuando pasten en el campo o busquen agua fresca.