XIX Fiesta de la Trashumancia en la Venta de Piqueras: historia, tradición y lana

La trashumancia es una forma de entender el tiempo y la tierra, una coreografía ancestral donde el hombre, el animal y la montaña pactan silencios, caminos y despedidas. Por eso, cuando octubre vuelve a llamar a las puertas de la Sierra de Cebollera, en La Rioja, lo hace también con la promesa de reencontrarnos con esa vieja costumbre de marcharse en busca de parajes con pastos más verdes y cielo más azul, para luego volver. Porque eso es, en esencia, la Fiesta de la Trashumancia: el viaje de ida y vuelta de los pastores, y sus animales, que este año cumple ya su decimonovena edición.

La cita será, como manda la tradición reciente, en la Venta de Piqueras, ese rincón donde el otoño se arremolina entre chopos, humo de calderetas y ecos de cencerros. Los que seguimos teniendo querencia por lo auténtico disfrutaremos el 4 de octubre por los caminos de polvo, por las historias a media voz, por el balido de las ovejas, por un tiempo pasado en el que moverse no era turismo, sino pura necesidad. Aquí hay sitio para la nostalgia, sí, pero también para la alegría y la celebración.

El programa es tan variado como apetecible. Desde actividades como el «Peso de la lana y del queso» o «El chozo del zagal y la zagala», donde los pequeños (y los que no lo son tanto) pueden ser pastores por un día, hasta música en directo y baile. Se podrá disfrutar también del espectáculo teatral «Unos se van y otras se quedan» y de talleres cuyos nombres «Botiquín trashumante», «Encuadernando nuestros pasos» y ‘Puntadas que guardan avíos» son toda una inspiración. No faltará el mercado artesano y gastronómico, ese festín de sabores serranos donde las migas de pastor y la caldereta de cordero saben mejor en platos de barro (nada de plásticos ni desechables, por el medioambiente y la nostalgia) hechos para la ocasión por alfareros riojanos que entienden mucho de tradiciones.

Las ovejas son las grandes protagonistas

No, no se nos han olvidado las auténticas protagonistas de este evento. Un año más, un centenar de ovejas (del rebaño municipal de Brieva de Cameros) bajarán, majestuosas y lentas, desde las Siete Villas hasta la Sierra de Cebollera. Lo harán escoltadas por quienes quieran rememorar un pedacito de trayecto, mucho más corto y sencillo que el original, pero igualmente simbólico. A su llegada, no faltarán ni el pasacalles ni las danzas de Almarza de Cameros, porque en estas tierras sabemos que toda bienvenida merece música.

Este día ofrece una oportunidad excelente para visitar el Centro de Interpretación de la Trashumancia, dedicado a investigar y preservar la memoria de la cultura pastoril trashumante, una forma de vida que hasta hace apenas un siglo marcaba el pulso de toda la comarca de Cameros. Su exposición etnográfica nos devuelve a ese tiempo de hornillos de lata, amuletos protectores y caminos de polvo, una muestra que ilustra al visitante sobre las rutas, normas, creencias y costumbres que configuraban la vida del pastor: los que se iban y los que se quedaban. Al lado se encuentra una construcción barroca del siglo XVII, la Ermita de Nuestra Señora de la Luz, Patrona de las 13 Villas y centro de una de las principales romerías riojanas. Bien merece una visita. Aquí piedra, historia y devoción se abrazan. Es fácil llegar incluso sin coche propio: autobuses gratuitos harán el recorrido desde Logroño, y otras localidades, animados por alguno de esos personajes que cuentan historias mientras el paisaje se desliza, poético, por la ventanilla.

 

 

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